CampañaTurismo de Portugal
La campaña gráfica creada para Turismo de Portugal es una campaña de “ventajas y valores” que refleja la personalidad irresistible de Portugal e inspira a los españoles a viajar al destino. Es una campaña diseñada expresamente para el mercado español.
La línea gráfica se puede adaptar a distintos productos, regiónes y mensajes sin perder la esencia de la personalidad propia de Portugal.
Dicha personalidad se refleja en el rostro, femenino que recuerda no sólo el perfil del país sino también sus valores netamente femeninos.
Los motivos escogidos para la campaña no pretenden vender el lugar concreto de la fotografía sino ofrecer una prueba tangible que refleje un aspecto de la personalidad propia de Portugal. De esta manera, la imagen del Palacio Do Pena no vende Sintra sino toda la cultura de Portugal. La imagen de la Pousada de Estremoz no vende las Pousadas ni Estremoz sino todo el sector hostelero portugués y sus valores de calidad y amabilidad. La imagen de Oporto no promociona sólo Oporto sino ilustra la personalidad de todo Portugal mezclando el patrimonio cultural de la ciudad y la naturaleza y romanticismo del agua.
En cada una de estas imágenes la personalidad y el espíritu de Portugal está representada con el mismo perfil femenino.
CampañaTurismo de Portugal
(Proximidad)
En las zonas fronterizas de Extremadura, Andalucía, Galicia, y partes de Castilla y León, la imagen orgánica de Portugal está muy arraigada y cambiarlo implicaría una inversión desproporcionada en medios. Se optó pues por crear una segunda línea creativa con un mensaje menos de imagen y más táctica que no precisara grandes formatos. El objetivo de esta segunda línea gráfica no era tanto contestar a la pregunta de “¿cómo es Portugal?” sino también a la de “¿Por qué debo ir ahora?”.
Es una campaña “diferente” que, con un toque de humor, proporciona a los habitantes de regiónes fronterizas con Portugal la “excusa” perfecta para visitar Portugal todas las semanas. Comunica tanto el hecho que se puede ir a Portugal en un fin de semana para recoger un objeto barato (accesibilidad y proximidad) como lo irresistible que es la “personalidad” del destino.